Cuando nace una madre. (Editado)

















Hoy mi madre cumple 67 años, muy bien cumplidos, pero madre ya vas camino de los 70.







Lo primero que quiero es felicitarla y darle las gracias por dedicar su juventud a criar a sus tres hijos, y ahora ya en la tercera edad (aunque a ella no le guste el termino) a disfrutar y ayudar en todo lo que puede a criar a su nieto, mi niño.

Es bastante curioso, que este fin de semana, despuésde casi dos años que han pasado, desde que mi hijo naciera, por fin pudiese al menos describir y relatar todo lo que aconteció en su nacimiento que fue por cesárea. Desde ese mismo día, he llorado mucho, eso que denominan la "herida emocional" no se cicatriza tan fácil, pero yo creo que al menos ya he empezado el proceso.

Antes de estar incluso embarazada, me gustaba leer los relatos de parto, los preciosos y felices , pero también los que dejaban marcadas a las mujeres porque no las habían tratado con respeto, las que se habían sentido humilladas y las que por circunstancias se habían llevado una cesárea y no podían superarla.

Sin duda yo sabía que relatarlo me iba a doler, tardé toda la mañana, aparte todas las veces que tuve que parar para secarme las lágrimas, pero por otro lado iba a ser liberador, vomitar tanta pena me iba a hacer sentir más aliviada.

Casualmente (o no) el viernes tuve reunión con las chicas de la Asociación de madres a la que pertenezco, y no recuerdo el por qué salió el tema de mi cesárea, no quise hablar mucho porque sabía la tormenta emocional que podía destapar, y no quería acaparar todo el tiempo..., no se librarán de oirme y verme llorar, pero lo haremos en una reunión de "desahogos varios" como Delia dijo.

Por fin lo hice,escribir el relato de mi cesárea, me costó, ni siquiera la repasé, para no acortar ni añadir nada, quería que fuese así tan cual me salió del corazón, y me sentó bien, apenada por recordar, pero aliviada a la vez. Despues de escribirla, he tenido el ronroneo de muchas emociones, dándome vueltas, recordando muchos momentos de los primeros días de Alexis entre mis brazos...y pese a tanta pena por superar, me quedo con la alegría de que ese día que tanto sufrí, con esa cesárea que rompió mi carne y quebró mi alma, tambien nació una Madre.

Antes de llamar a mi madre, para felicitarla, he pensado como fue su nacimiento. Y de repente, he encontrado la conexión entre este fin de semana tan trancesdente para mi y mis antepasados mujeres.

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Mi abuela materna, María, tuvo 10 partos en casa, uno de mellizas, fue una mujer valiente como todas las de su época, que junto a su marido crió a sus hijos lo mejor que pudo y sufrió la muerte de varios de ellos siendo pequeños. Yo no guardo muchos recuerdos de su persona, falleció cuando yo era pequeña, la recuerdo sentada en el escalón de su casa, la cómoda de su cuarto llena de Santos, en Nochebuena sentada en la salita... Por desgracia, no fue para mí una abuela típica, de las que te mata a besos y achuchones, de las que te prepara la merienda y te lleva a

En tantos paseos con mi madre en mi embarazo, ella me contaba cosas de su infacia,de sus hermanos, de mi abuela, de cuanto la quería, de como fue el día de su muerte, como se despidió de ella y como mi abuela le dio unas medallas que siempre llevaba con un imperdible en su sujetador y que cada día por muchos años que habían pasado, cada día la echaba más de menos....

Fue a partir de entonces cuando mi visión de mi abuela María cambió,Nunca había sentido una conexión especial, ni guardaba recuerdos entrañables de ella, para mi era una abuela mas bien "saboria",no fue para mi la típica abuela amorosa, por mucho que a mi madre le moleste.

Y una tarde mi madre me dio una de sus medallas, que con tanto cuidado había guardado. Yo me sentí muy honrada de aquel gesto de mi madre y orgullosa de poder llevar algo que mi abuela tuvo pegado a su piel...

Y asi llevé la medalla desde que mi madre me la dio, como mi abuela, enganchada en el sujetador con un imperdible, le daba las gracias por habersela dado a mi madre y le pedía que me ayudase en mi parto y que ojalá hubiese heredado la facilidad para dar a luz que ella tuvo y transmitió tambien a mi madre.

Una tarde, me ocurrió algo de las extraño con la medalla, estaba preparando algo en la cocina y oí un ruidito metalíco de algo al caer, miré al suelo y era la medalla. Vaya mal rato, pensé, esto me pasa en otro lugar y pierdo la medalla, mi sorpresa fue que al echarme mano al imperdible, éste no estaba abierto, y la medalla era de una pieza, no tenía arandela con cierre, entonces ¿cómo se me había caído la medalla??? Estaba sóla y me puse nerviosa, llamé a mi madre para contarselo y no me hizo mucho caso, yo le explicaba que era imposible, que eso era una señal de mi abuela... y yyy y yyyyyyyyyyyy yputb y yyy y y.















La cosa quedó ahí, sin explicación coherente, pero a mi me sirvió para sentirme más cerca de mi abuela María.

No todos creemos en espíritus, almas o seres queridos, que a veces traspasan su dimensión y se cuelan en la nuestra, yo sí, he visto y sentido varias veces cosas inexplicables y me gusta creer.

Ya en hospital encamada cuando Alexis iba a nacer, la primera noche en la habitación una de las veces que co
nseguí dormirme, noté como me acariciaban la cabeza, me desperté convencida que era Fernando que estaba sentado al lado de la cama,pero al abrir los ojos lo miré y estaba dormido, y entonces ví a mi abuela María a los pies de la cama, me quedé petrificada, me volvió a acariciar y se esfumó.


Despues de la cesárea estando en recuperación, volvió a visitarme, me cogió la cara y me dió un beso. Esta vez no me sorprendió, tuve miedo y pensé, Dios mío, voy a morirme y viene mi abuela a por mí, pero me sonrió y esta vez vi como se iba por el pasillo, me sentí aliviada, no quería morirme.

Ya nunca más la he visto desde aquel 15 de diciembre,no he contado esto a nadie, habrá muchos que piensen que cada uno ve lo que quiere ver, pero yo quiero creer que la ví, que vino a darme ánimos, a acompañarme, a quererme y me parece muy curioso que justo el día que hace 67 años que mi abuela dio a luz a mi madre, me sienta un poco más liberada de mi herida emocional.

Quiero rendir homenaje a todas las mujeres del mundo que nacen como madres, a las que no llegan a nacer y a las que nos ayudan a las recien nacidas.


Siento mucho no tener una foto de mi abuela para ponerla en homenaje,os pongo una de mi madre y su nieto y otra de las que más me gustan con Alexis en esos dias en que nací como Madre. Eso sí, en duplicado porque no he sabido quitarlas...


Este relato, estaba publicado, pero tenía algunos fallos... por mi corto manejo de las herramientas del blog.... se han perdido algunas partes..., otras que he intentado añadir, no ha sido posible....pero aún así...quería tenerlo "republicado" ahora que parece que por fin voy a retomar el blog...




































Un pasillo donde jugar a la pelota

La otra noche mientras jugabamos al balón con mi niño en el pasillo de casa, su padre y yo volvimos a nuestra infancia, recordamos esos momentos que tan felices nos hacian. Y tambien nos dijimos que nos sentiriamos tan satisfechos como padres si nuesros hijo tuviese ese recuerdo tan entrañable de su infancia, que recordar con tanta nostagia como estabamos haciendo nosotros en ese momento.


Ya más en calma cuando nos acostabamos, pensé ¿por qué y quien se empeña en qué creamos cuantas cosas necesita un niñ@? ¿Qué es lo que realmente necesita para ser feliz?


Yo por suerte o por desgracia, crecí sin demasidos privilegios económicos, y sin embargo recuerdo mi infancia feliz, me veo de pequeña,como si estuviese viendo una película, lo mucho que me gustaba jugar con mi madre a las vecinas, con mi prima a los bares, o a los barcos cuando estabamos en la cama, bailar la canción de fama con el palo de la escoba...en fin me veo feliz, sin quizá mucho material, pero sintiendome querida por mi madre y hermanos. Regalandome no una playstation, pero si un rato para conmigo.


Y digo yo, si muchos crecimos con mucho menos, materialmente hablando, que los niños de hoy en día. Si los niños de ahora, no son tan diferentes a los que fuimos nosotr@s, aquellos que podiamos pasar la tarde jugando a las chapas, los cromos, al futbol con los hermanos en el salón de tu casa y comernos un bocadillo con Tulipàn,y eramos niñ@s felices.


¿Sería cuestión de sacar al niñ@ que fuimos y recordar qué nos hacía feliz?¿Sería cuestión de hacer sentir a los niñ@s que todos tuvimos un pasillo donde jugar a la pelota?