Sonrisa y pintalabios rojo.

Sin duda no andamos en tiempos de bonanza económica, no nos falta para comer, pero si hay que andar haciendo números para llegar a fin de mes. Y mil una vez pienso y siento que el dinero no da la felicidad, por supuesto, pero andar tan justito a veces me agobia. No es este un post dedicado a la famosa crisis, es un compartir unas propuestas que intento hacer yo misma, y pese a que no siempre es fácil, cuando lo consigo, os prometo que FUNCIONA, así que a probarlo....
No sé donde he leído, que un estudio corrobora que en época de crisis la venta de pintalabios rojo aumenta, y es una de esa información aparentemente inútil pero por alguna razón siempre ha estado ahí, perdida entre mis neuronas...en fin, que para navidades me hice un autoregalo con los puntos de la Travel, y sí ,me pedí un pintalabios rojo, rojo rojo, más rojo no se puede..., creo que nunca antes había tenido uno, y ahora parecía que después de tener el set de maquillaje enterrado entre los chismes del cuarto de baño desde que tuve a mi hijo, pues llegaba el momento de proponerme ser mamá y a veces sacar tiempo para tunearme un poco la cara. Era como si después dos años un día te paras delante de un espejo y piensas:¿Pero desde cuando no me miro? Era como si de repente me importase yo de nuevo, desde una visión puramente estética.
Lo estrené en Nochevieja y seguramente estaría igual de fea o de bonita, que antes de ponerme mi pintalabios rojo, pero yo me sentí guapa, sexy, segura de mi misma...este fue el comienzo, y he de admitir, lo extrañamente poderosa que me siento cuando cubro mis labios del color más comunista de todos.
Y como todo en la vida es cuestión de actitud, y tampoco es plan de llevar a todas partes los morritos tan maquillados, pues he unido a mis super poderes otra de las cosas que tenia enterradas en mi, el poder de la sonrisa.
Recuerdo en las clases de yoga, cuando hacíamos posturas más complicadas, cuando la barriga que guardaba a mi niño, ya casi no me dejaba moverme, y el esfuerzo se adueñaba de mi semblante, como la profesora me invitaba a sonreir...., y al relajarme la cara, la cosa se volvía más llevadera. Otras veces, cuando he tenido un dolor muy fuerte, un calambre, el gesto de dolor, se mezcla con una sonrisa...
Así empecé con mi terapia de sonrisa, cada vez que me acuerdo, cuando hago un esfuerzo, cuando estoy triste,cuando me ducho, cuando voy en el coche, cuando me siento atacada, cuando me enfado...me digo: Sonrisa, estiro mis labios y siento el bien que me hace y como hay algo en la sesera que te cambia al instante...
Por desgracia para mí y para todos los que me rodean, no siempre me funciona, y algunas veces por mucho que lo intente, no hay quien pueda sonreir ...digo yo que la intención valdrá de entrenamiento...
Así como volviendo al tema del dinero, estos dos trucos no cuestan casi nada, yo y mi nueva actitud frente a la vida: Sonrisa y pintalabios rojo, enseñar más la dentadura y enmarcarla del color de la amapola.

Dedicados a los que cada día miran la vida con una actitud positiva.